Renacimiento
Artista: Josep Maria Subirachs
Título: «Renacimiento»
Año: 1976
Técnica: mármol travertino y madera policromada
Edición: pieza única
Medidas: 39 x 91 x 12 cm
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Subirachs es un artista muy meticuloso con los materiales que usa en cada una de sus creaciones. Otra faceta muy común en este artista es el uso de varios materiales en una misma obra.
En esta ocasión, para esta obra, ha escogido el mármol travertino y la madera. Dos de los materiales más utilizados en el período renacentista. A la izquierda encontramos el travertino y a su derecha la madera policromada. A este tipo de obras que mezclan escultura con pintura, Subirachs las llamó picto-esculturas.
Otra de las características de una buena parte de las esculturas de Subirachs es el uso del negativo-positivo. En la parte pétrea (izquierda) de la escultura encontramos 3 motivos en negativo que provocan un efecto óptico de engaño al ojo humano, pareciendo ser positivos. Este engaño es muy habitual en Subirachs.
Si leemos la picto-escultura de izquierda a derecha, en primer lugar encontramos lo que podría ser una luna creciente. Esta luna representa la luz, el crecimiento y la regeneración, que son conceptos asociados al Renacimiento, que fue una etapa de apertura mental, de renovación de las antiguas ideas para dar paso a una nueva manera de entender la vida y, por supuesto, el Arte. El período renacentista también se caracteriza por romper las tradiciones teocentristas medievales -en que todo giraba en torno a la figura de Dios- y exaltar en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, pretendiendo descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los clásicos griegos y latinos, cuyas obras fueron redescubiertas y estudiadas. Esta nueva manera de entender la vida, situando la figura del hombre como centro de todas las facetas de la sociedad (antropocentrismo), se llamó Humanismo. Este cambio de mentalidad dio paso a la llamada Edad Moderna.
En la obra de Subirachs Renacimiento, la luna creciente a medida que va subiendo se convierte en medio rostro humano en negativo, para acabar dejando ver la totalidad del rostro, simbolizando ese ascenso del humanismo en ese período luminoso de la historia, la ciencia y el arte.
Toda esa progresión ascendente queda subrayada por una línea ascendente que une los tres estados de ascensión. Si seguimos esa línea, llegamos a la parte derecha de la escultura, la parte de madera pintada. En ella vemos la representación de una de las obras cumbre del Cinquecento renacentista, pese a su austeridad y modesto tamaño. Se trata del Templete de San Pietro in Montorio en Roma. Obra del arquitecto Bramante, fue erigido hacia 1502-1510 en uno de los patios del convento franciscano de San Pedro en Roma, actual Academia de España en Roma.
El encargo de la construcción corrió a cargo de los Reyes Católicos en el mismo lugar donde, según la tradición, San Pedro sufrió martirio. Esta obra se considera como el manifiesto de la arquitectura del clasicismo renacentista, dada su pureza de líneas y austeridad decorativa.
El templete fue realizado en granito, mármol y travertino. De ahí que Subirachs escogiera el travertino para esta escultura. El arquitecto que llevó a cabo el planteamiento y construcción del templete fue Bramante.
Bramante fue un arquitecto y pintor italiano que introdujo el estilo del Quattrocento (primer Renacimiento) en Milán y el Cinquecento (segundo Renacimiento) en Roma.
Además del templete, uno de los logros más importantes de Bramante fue el planteamiento de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Podríamos decir que Bramante puso en práctica sus conocimientos en la construcción de la cúpula del templete para luego poder proyectar con solvencia la gran cúpula del Vaticano.
En la obra Renacimiento, Subirachs rinde su particular homenaje al gran genio de la arquitectura que fue Bramante. De hecho, Subirachs, en muchas de sus obras rinde tributo a los grandes maestros y genios de la historia.