Los personajes y las escenas retratadas son de lo más variopinto y pueden ir desde situaciones que se viven en entornos urbanos a escenas playeras o personajes del mundo rural. Estos personajes, en ocasiones, son representados de manera casi esperpéntica, exagerando ciertos detalles para conseguir un efecto cómico. Sin embargo, cabe señalar que Gonzalo Centelles siempre trata a todos sus personajes con respeto.

El propio artista define su estilo como un cocktail que aglutina varias tendencias artísticas para dar como resultado una obra de claro tono costumbrista. Todo ello muy apoyado en un uso del color en ocasiones arriesgado, con un exhaustivo juego de interacciones cromáticas que llama la atención del observador. También es destacable su búsqueda de perspectivas imposibles que sorprenden por su audacia y valentía.

Técnicamente, Centelles, siempre ha sido un artista con gran cantidad de recursos pictóricos. Pero, del mismo modo, siempre ha sido un artista muy perfeccionista con su propio trabajo y con un alto nivel de auto-exigencia que, a su vez, gusta de la experimentación.

Todo ello contribuye a que la visión de sus pinturas sea muy dinámica y sorprendente, a la vez que entrañable.